Es bien sabido por cualquier emprendedor lo difícil que puede
resultar conservar a un cliente, sin embargo sería bueno plantearnos la
siguiente pregunta: ¿deberíamos conservar a un cliente por encima de lo que
sea?... de acuerdo a mi modesto (pero experimentado) recorrido profesional,
respondería eso con un contundente NO.
¿Has pensado alguna vez echar a un cliente? ¿Tengo que soportar la mala actitud de un cliente? ¿Estoy obligado a poner la otra mejilla, porque necesito el trabajo y el dinero?
Piensa por un rato y pregúntate lo
siguiente… ¿Cuánto tiempo más estoy
dispuesto a seguir soportando?... en este artículo te contaré lo que he
aprendido por experiencia propia para que no cargues a ningún cliente que se ha
trepado en tu espalda. Deshazte de él y comienza de nuevo dejando atrás estas
personas que no merecen tu gran esfuerzo , ni tu trabajo.
1.
Cuando tu cliente desconfía de ti
Cuando tienes un cliente que a diario
te está recordando que podrías haber hecho tu trabajo mucho mejor y peor aún se
atreve a insinuarte que él podría hacer ese mismo trabajo mucho mejor y más
rápido. Si te sientes identificado con lo anterior, tendrás claro que esa
desconfianza irá progresando día por día (muchos asumen esto como algo natural
y por lo tanto no hacen nada). No
permitas que nadie desacredite tu trabajo, y de inmediato hazlo saber a tu
cliente y te quitarás ese gran peso de encima (muy posiblemente perderás
dinero, pero al final te darás cuenta que no es tan importante). Indudablemente
te sentirás aliviado y verificarás por ti mismo que a la larga esto es lo
mejor.
2.
Cuando tu cliente no valora tu dedicación
Las personas emprendedoras jamás están conformes y siempre se están esforzando
en un 110% a diario. No es justo que lo que más te apasiona tenga que
convertirse en una tortura por tener que aguantar a un cliente que no reconoce
lo que vales. Que dicho cliente no le importe tu profesionalismo, entusiasmo,
ganas de salir adelante y además todo lo que sabes hacer, no tiene sentido. No
estarás satisfecho con esta relación profesional, así que tu cliente está en la
obligación de valorarte y a cambio tú pondrás tu máximo esfuerzo por realizar a
tiempo eso que has prometido. Es lo justo.
3.
Cuando tu cliente no hace fácil tu trabajo
¿Cuántas llamadas has tenido que hacer
a un cliente y jamás te las devuelve? ¿Cuántos emails sin responder? ¿Cuántos
datos solicitados para poder continuar con el trabajo?... aunque no lo creas
este es un comportamiento muy común por parte de los clientes, sólo depende de
lo aburrido que estés y que él no pone de su parte, para que afecte tus
funciones diarias. No se puede ir más
adelante cuando no se trabaja en sincronización, por lo tanto te aconsejo
que si estás en estos límites, lo mejor es echar
a este cliente lo antes posible, verás que el resto de tus clientes te lo
agradecerán.
4.
Cuando te tienes que morder la lengua para no expresarle lo que piensas
Esta es la señal más clara para que en
serio te propongas a echar este cliente. Siempre debe haber una buena
comunicación, sobre todo que fluya de forma natural y que además sea sincera.
Nunca dejes sin decirle nada a tu cliente en el momento que lo piensas. Personalmente
he cometido muchos errores en ese sentido como cuando le ha dado un presupuesto
único y luego ir comprobando de a poco el abuso de confianza del cliente para
ahorrarse dinero. O como cuando me he contenido de decir algo tal vez inoportuno
por miedo a que mi cliente se fuera. Esto de quedarse callado es el peor de los
errores, porque a mí me llevó a situaciones bastante desagradables, así que mi
recomendación es que no aguantes ese tipo de circunstancias.
5. Cuando te has aguantado demasiado la presión y por ende la tensión te
hace estar a la defensiva
Cuando no has hablado claramente con tu
cliente desde un principio, puede traer como consecuencia el famoso refrán de “Le das la mano y se toma hasta el pie”.
El fracaso será inaplazable sino delimitas tu trabajo, sino comprendes tu
trabajo y hasta donde llega tu compromiso. El proceso es el siguiente: cuando
el cliente abusa de la confianza que le has brindado y en el “fondo” te estás
revelando (sólo en el fondo ya que no lo manifiestas), tarde o temprano
explotarás ya que esta tensión es difícil de sostener y sobre todo infructuosa.
Así como las relaciones amorosas en este caso no durará mucho y la separación
será bastante dolorosa. La comunicación es la magia que ayuda a solucionar
todo.
6. Cuando tienes un cliente de esos que dice “para eso te pago”
Nunca es bueno aguantar a un cliente y cambiar
la felicidad y el trabajar a gusto por el dinero. Cuando el trabajo que
realizas se ha convertido en tu pasión, pero tu cliente no valora lo que haces,
lo mejor es desecharlo. No debes tener miedo por la reacción que vaya a tener,
mientras tú seas justo y correcto.
Si te ha gustado el artículo, ayúdame a llegar a más personas compartiéndolo en tus redes sociales. 

No hay comentarios:
Publicar un comentario